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Psicólogos quédense en casa: Nepal no los requiere

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"Familias cavan entre los escombros tras el terremoto de Nepal"
Foto: Juliette Rousselot/IRIN
Articulo original publicado en inglés en IRIN NEWS

Psicólogos quédense en casa: Nepal no los requiere
Por Alessandra Pigni, traducido del inglés por Pedro Acuña M. socio SOCHPED
Artículo original publicado en IRIN NEWS 

Londres, 11 de mayo del 2015 (IRIN) – Tras el terremoto en Nepal, la psicóloga Alessandra Pigni recuerda sus experiencias en ayuda humanitaria: recuerda que benefactores occidentales afectaron a las poblaciones que son resilientes y que eso patologizó el sufrimiento después del evento traumático, lo que puede afectar el camino de la curación y recuperación.

Ha habido una incomprensible efusión de simpatía en respuesta a la fuerza destructiva del terremoto en Nepal. Los llamados fueron hechos, la ayuda está siendo distribuida y evaluaciones psicológicas realizadas para la recuperación a largo plazo. Y, en el medio de todo esto, es el llamado demasiado familiar para el apoyo psicológico a las comunidades afectadas. La Organización Mundial de la Salud estima que entre cinco y diez por ciento de las personas afectadas por emergencias humanitarias sufren de una condición que afecta su salud mental.

Me resisto a medicalizar el sufrimiento que sigue a un desastre natural: síntomas de angustia son una reacción normal a una situación anormal y etiquetar no ayuda en una etapa temprana. Por supuesto, después de un desastre, todo el mundo está en peligro. Pero eso no significa que todo el mundo necesita ver a un profesional de la salud mental.

Ya en 2010, una agencia humanitaria me pidió que fuera a Haití tras el devastador terremoto. Ellos (la ONG, no los haitianos) necesitan psicólogos. Después de haber estado en Haití una década antes, me hubiera encantado de volver.

Sin embargo, sabemos por investigaciones que para las secuelas de un desastre natural los psicólogos armados con "terapias de conversación" tienen poco que aportar: los sobrevivientes tienen que pasar por el proceso de duelo natural y en la gran mayoría no se desarrollará el trastorno de estrés postraumático (TEPT), ni ningún otro trastorno psicológico. El apoyo social y el tiempo curan las heridas psicológicas. En Haití temí que fuera invadida por los "consejeros de duelo", por lo que decidí quedarme en casa.

En el mismo año un terremoto también golpeó Yushu, en la meseta tibetana. Yo había visitado la zona en el año 2009 por lo que sabía un poco del lugar y su gente. Me llamó el representante de una agencia local de ayuda. "No creo que sea una buena idea enviar psicólogos", le dije. Efectivamente, él contestó: "Hay que ayudar, tenemos que hacer algo." Un terapeuta con años de experiencia de campo, realizó un diagnóstico de la población y se encontró que la comunidad Yushu (profundamente budista) no necesitaba nuestros psicólogos. Su informe fue ignorado. La agencia envió asesores occidentales.

Yo estaba en Sichuan tras el terremoto de 2008 y una colega china me dijo que muchos de los que sobrevivieron a la catástrofe natural hablaron con desprecio de los programas psicosociales occidentales. Lo que la gente más temía después del terremoto fueron "robo, incendio y psicólogos", dijo. Y no estoy segura de que era necesariamente en ese orden.

"Nosotros" podemos ayudarlos 'a ellos', pero nunca se nos ocurre que "ellos" pueden ser capaces de ayudarnos a 'nosotros'.

Traté de usar esa lección cuando un terremoto sacudió la región de Abruzzo en Italia en 2009, asesorando al gerente psicosocial de una ONG para tratara de reclutar "consejeros de duelo" chinos. Como era de esperar, no creyó que fuese apropiado.

Pero ¿por qué no? Si una psicóloga italiana, en este caso yo, puede volar a China para proporcionar terapia, ¿por qué no al revés? La mentalidad neocolonial está, a veces, tan arraigada en algunas partes del sector de la ayuda que no nos damos cuenta de nuestro paternalismo: "nosotros" podemos ayudar a "ellos", pero nunca se nos ocurre que "ellos" pueden ser capaces de ayudar a "nosotros"?. Mi presencia en Sichuan fue tan apropiada como la presencia de un psicólogo chino habría estado en Abruzzo.

Ahora es el turno de Nepal

Lo que voy a decir puede sonar egoísta al oído ingenuo y celoso. Lo diré de todos modos: por favor, vamos a no precipitarnos con bien intencionados programas psicosociales. Sobre todo, evitemos las inundar Nepal con un estilo occidental de "terapias de conversación" entregadas a través de los traductores.

Las personas son resilientes y procesarán su dolor trabajando en su interior su propia visión del mundo, con sus propias tradiciones y rituales y comprensión de la muerte (y el renacimiento) y el sufrimiento humano.

Si las agencias insisten en que es una necesidad enviar ayuda adicional a los programas de salud mental locales deben, al menos, asegurarse de seguir las directrices a las que se refiere al Comité Permanente entre Organismos (IASC), con el único principio de "no hacer daño".

Las directrices proporcionan valor a una buena práctica: los "si hacer y no hacer," si lo prefieres. Mayormente lo que necesita ser alentado es "humano, solidario y ayuda práctica a los demás seres humanos que sufren graves eventos de crisis" según lo prescrito por los principios de los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP). En su mayoría, se relacionan con el sentido común.

No puedes dar tranquilidad en sus mentes si no tienen un hogar

Sanación psicológica va de la mano con la reconstrucción física. No se puede dar a la gente la tranquilidad si no tienen un hogar. Vamos a ayudar cuando sea necesario, pero no molestemos su camino en el proceso de curación de las personas. Tenemos que poner nuestro ego y nuestro deseo de "estar allí" a un lado y, por una vez, hacer las cosas de manera diferente. El desastre natural de Nepal no es una oportunidad para el voluntarismo, o un escape de los problemas personales, o una manera de llenar el vacío en nuestra vida. Y eso se aplica tanto a los bienhechores improvisados como a los profesionales humanitarios cuya presencia puede que no sea esencial.

A veces la mejor manera de no hacer daño es no intervenir. En lugar de enviar consejeros de duelo a Nepal, vamos a asegurarnos de que el personal - internacional y local - que está trabajando para que las comunidades gravemente afectadas reciban o tengan disponible el apoyo y la atención vital que necesitan. De lo contrario, serán ellos los que necesitarán un psicólogo cuando regresen a casa.


Nota:

Alessandra Pigni es psicóloga clínica y actualmente investigadora asociada ELAC en la Universidad de Oxford. Su trabajo se centra en el bienestar de los trabajadores humanitarios y la psicología de la ayuda. Tweets @mindfulnext y blogs en mindfulnext.org

 

En estos links puedes descargar el material señalado por la autora:

Comité Permanente entre Organismos (IASC)

Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) 

Equipo www.sochped.cl

 

 

 

 

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